La leyenda de la Mulata de Córdoba
Cuentan la leyenda que en la Villa de Córdoba había una hermosa mujer cuya procedencia se desconocía. Por la condición de su raza vivía aislada de todo trato social y su presencia era consideraba un escándalo en la villa, la Mulata de Córdoba.

La fama de la bella mulata se extendió, pues valiéndose de las muchas hierbas que conocía, se decía que realizaba curaciones que parecían maravillosas, que podía conjurar tormentas y predecir temblores y eclipses.
Su nombre era repetido de boca en boca y comenzó a despertar envidias de la gente, de forma que los supersticiosos se encargaron de decir que la hermosa mulata tenía pacto con el diablo, que era una hechicera y que sabía de magia.
La persecución fue tal que fue encarcelada para ser juzgada por hechicería.


La superstición, envidias y resentimientos de mujeres y hombres de la Villa de Córdoba, condenaron a La Mulata de Córdoba la cual fue trasladada a San Juan de Ulúa en el puerto de Veracruz donde fue encarcelada y condenada a muerte.

Dicen que ya en su celda la Mulata se ganó la buena voluntad de su custodio a quien le pidió que le consiguiera un pedazo de gis, el hombre lo llevó a su celda y la bella prisionera dibujo sobre las sombrías paredes una ligera nave, con blancas velas despegadas meciéndose sobra las olas de un inmenso mar.

¿Qué sucedió realmente con ella?
La Mulata de Córdoba llamó a su carcelero y le preguntó “¿Qué le hace falta al barco?” y el contestó “Nada, es perfecto”, luego ella le dijo “Sólo le falta andar” y dando un salto subió diciendo adiós al asombrado guardia. Obviamente nadie le creyó la inexplicable desaparición de la Mulata y hoy en día nos cuestionamos lo que realmente pudo haber sucedido.
